Como muchos habréis escuchado hay gente que aún piensa que las agujetas desaparecen con un vaso de agua con azúcar o bicarbonato.
¿De donde viene esta creencia?
Hasta hace poco tiempo se consideraba que las agujetas se debían al ácido láctico que se libera durante el ejercicio y que al enfriarse el músculo tras el entrenamiento se solidificaba y cristalizaba, haciendo que estos cristales se clavaran en las fibras musculares.
El objetivo de tomar agua con azúcar o bicarbonato era intervenir en la acumulación de ácido láctico en el músculo y eliminar estos "cristales" con ésta ingesta.
Sin embargo, hoy en día se sabe que esta teoría tan extendida es falsa ya que el ácido láctico no se cristaliza a temperatura corporal.
¿Cual es la causa real de las agujetas?
En realidad, las agujetas están producidas por un sobre esfuerzo de la musculatura que provoca micro roturas fibrilares, lo cual da lugar a una reacción inflamatoria en el músculo afectado. Es decir, son micro-lesiones musculares que se producen en el músculo no entrenado o sobrecargado.
¿Como prevenirlas?
-Practicar ejercicio de forma progresiva: evitar que las primeras sesiones de entrenamiento sean muy intensas.
-Realizar un calentamiento inicial adecuado evitando esfuerzos que superen nuestro nivel de entrenamiento.
-Estiramientos antes y después del ejercicio. Són muy importantes las de nada más terminar la práctica deportiva, ya que activan la circulación sanguínea por lo que la sangre que llega al grupo muscular, mueve la que se encontraba “atascada” en el músculo y, además, barre los productos de desecho (entre los que se encuentra el lactato) producidos por la práctica de ejercicio.
¿Que hacer una vez ya las tengamos?
- Aplicar frío en la zona afectada.
- Estiramientos sobre los músculos afectados.
- Continuar practicando el mismo ejercicio que provocó su aparición de forma suave.
Aunque sean molestas y dolorosas, las agujetas son beneficiosas para nuestro cuerpo ya que se crean nuevas fibras en el musculo que se ejercita.
Curiosidad
El nombre de agujetas viene de la percepción que se tiene cuando las padecemos, ya que tenemos la sensación de que se nos están clavando agujas en el músculo.
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